Jauría que desgobierna

El presuntuoso Estado paternalista, que repartió la cuota frugal y la medicina a medias y la dogma-educación a chorros desde que se autocreó y autobautizó, de buenas a primeras tira todo por la ventana, y habla de cobros por la salud pública, en las escuelas, y la creación de impuestos para el trabajo privado. Lo de la medicina es cuento chino, hace mucho tiempo que el cubano medio hubiera muerto por un mínimo catarro, sino es por los medicamentos que de todos lados donan misericordes o envían familiares y amigos, porque ni aspirinas producen los laboratorios en la Isla. Y si no hubieran muerto de gripe les habría tocado un final peor: morir de hambre y desnutrición comiendo tres o cuatro días al mes, que es el tiempo que alcanza si bien se administra la triste cuota de a primeros. Los cobros en la educación mejor los conocemos los millones que desde niños tuvimos que cultivar los campos para poder costear las escuelas, a cambio de recibir una enseñanza plagada de doctrinas concebidas para extirparnos el libre albedrío que traemos a esta vida. Y como de lo que más he alardeado es de lo que más he carecido, ahora se dan cuenta de que no hay nada porque no son capaces de nada, y la producción privada sería la tablita de salvación. Entonces a estos hijos de la gran madre, super críticos del capitalismo que explota al obrero, se les ocurre que los pobres meroliqueros tendrán que pagar hasta un cincuenta por ciento de lo que ganen en impuestos. Jauría de delincuentes que reprime ya demasíado tiempo, asfixiando a su pobre gente.