Hasta llegar a la meta final: La Libertad de Cuba!



martes, 8 de noviembre de 2011

Mal gusto y pésimo humor, a lo Bolo

Hace poco vi una película cubana que anunciaban una comedia, pero devino en una pésima tragedia, de las que se iban a suceder una tras otra luego de que el manto negro del comunismo cubriera a la Isla, hace ya tanto tiempo.

Erase una guajirita picada por el virus de la revolución con tres pretendientes: un barbudo bajado de las lomas con su mito épico fabricado, el hijo repudiado de la familia más gusana del pueblo, y finalmente, un soldado ruso que lucha con ventaja porque maneja un camión de guerra y regala latas de carne (de oso?) a la codiciada joven.

De ahí al pretendido humor hay un largo trecho que no traspasa más allá de “pujos” consabidos a partir de las “boladas” del eslavo, la manida tozudez del nuevo dirigente y el eterno ridículo con que el cine cubano proyecta a la clásica familia que se opone al sistema.

Una película tan parecida a la propia revolución que retrata, que al final, como ella misma, luce una vieja caduca sin ton ni son, ni siquiera sonrisas, ni lágrimas, que nos hace perder casi dos horas valiosas para otros menesteres.

Como su nombre, que parece ruso a modo de sátira y deja en la boca el sabor de la odiada jalea soviética, la mal clasificada comedia es de esas que nunca debieron filmarse. Y el canal de televisión que les hizo el favor de pasarla (para mal de quienes como yo tratamos de digerirla) no sabe que para nosotros resaltar esa época de pésimo gusto y dependencia es como mentarnos la madre.

Fariñas, puso en jaque al régimen con su firmeza

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