La iniciativa del Movimiento Democracia y demás grupos de cubanos exiliados invitados al evento pretende dar soporte a la oposición cubana, que ha protagonizado en los últimos meses una sólida confrontación al régimen, la mayor desde los épicos años sesenta que inundaron la Isla de odio y sangre.
Y en el resplandor del cielo habanero pulularán las almas de tantos dignos cubanos que jamás pudieron regresar en vida. Ellas cuidarán de los compatriotas que desafían al sistema tiránico en el mar y en las calles capitalinas: allí estarán Celia, Mas Canosa, Arenas, Tamargo, los cuatro Hermanos al Rescate, e incontables nombres de compatriotas valientes.
Quizás la de Martí venga a pedir cuentas para que rediman su nombre de la infamia castrista, y Maceo y José Antonio y tantos que fueron manipulados después de muertos. Y no faltarán las inocentes errantes de los niños asesinados en esas mismas aguas por los esbirros del remolcador 13 de marzo.
Va a ser una noche histórica, acusante, indetenible, que va a marcar la Nueva Época que comenzamos a vivir, cuando finalmente el pueblo cubano, maltrecho y obstinado, ha decidido desafiar desde dentro de sus casas y desde todos los rincones del mundo donde vive desperdigado, a ese grupo de cobardes que oprime a la Patria.
