Hasta llegar a la meta final: La Libertad de Cuba!



martes, 10 de diciembre de 2013

Qué pueden decirse en voz baja un Presidente y un Tirano?

La ceremonia fúnebre por Nelson Mandela coincidió con el día en que el Mundo medita y celebra el Derecho de todos los hombres a ser tratados como Seres Humanos:
 Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud  y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de Creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”
Estos Derechos con los que nace todo ser Humano son violados cada día y a cada momento en Cuba, ayer, y ahora mismo, incluso en el preciso momento en que el Presidente del país grande que los  proclama y defiende, fue a darle un amigable estrechón de manos al Tirano que aplasta y veja a sus semejantes.

Lamentable. Lo sabía Mandela, y lo sabe Barack H. Obama. A aquel no le importó. Y este… no ve ni siquiera You Tube.

martes, 30 de julio de 2013

Adiós a otro de los buenos cubanos

Conocí a Alvarez Guedes en una de las emisoras de Raúl Alarcón en Miami, a fines del siglo pasado: Un señor ya mayor, impecablemente vestido, de finos modales y que destilaba cultura general por cada uno de sus poros.

Una gran dicha el saludarlo e intercambiar algunas palabras cada mediodía. Todo cubano dentro y fuera de la Isla creció escuchándolo y riendo sus chistes e historias, mientras más inverosímiles más intensas e hilarantes.

Gran patriota. Otra víctima de ese sueño que por siempre nos amenaza, de morir antes que la patria haya sido liberada,  y no poder vivir el gozo de ver cerrada la más ignominiosa página de nuestra historia.


Descansa en paz Guillermo Alvarez Guedes, y que allá, en el buen lugar adonde vayas, sigas alegrando a quienes tengan la suerte de rodearte.

viernes, 26 de julio de 2013

Notas de un discurso para hacerlo tragar a quien lo pronunció



Al viejo generalote del  traje manchado de sangre se le olvidó en su fiesta de homenaje al asalto al cuartel Moncada, mencionar el tráfico de armas con Corea del Norte (a modo de trapicheo callejero) que está en boca de todo el Mundo por la forma burda y solapada del régimen cubano (que no se avergüenza en lo más mínimo).

Dice el octogenario criminal que gobierna a un país sin haber sido nunca electo por su pueblo, que "Han pasado los años, pero ésta sigue siendo una revolución de jóvenes como lo éramos el 26 de julio de 1953". Si no fuera por lo trágico diera risa escuchar al sub-geriátrico  hablar de juventud a estas alturas de sus largas y venenosas existencias

“Esta seguirá siendo la Revolución Socialista de los humildes, por los humildes y para los humildes”. Aquí todos los presentes se miraron –Será tan descarado, a su edad…?! Siempre lo fue y lo seguirá siendo. Ni él ni nadie de su pandilla fueron jamás humildes, el tiempo demostró que eran sólo una banda de delincuentes que se empeñaron en usurpar el poder para después saquear a su antojo al país.

“Hoy más del 70% de los cubanos nació después del triunfo de la Revolución. Podría decirse que convivimos en suelo patrio varias generaciones”. Y otras tantas en suelos extraños, olvidó agregar. Y otras más que han muerto sin poder regresar. El exilio más extenso de la historia moderna, por obra y gracia de la maldad de sus gobernantes.

Bla bla bla y bla bla bla. Más de lo mismo. Y la gente escucha sin hacer caso omiso de lo que habla el señor segundo responsable de todos los males habidos y por haber que ensombrecen a Cuba, y la hunden cada vez más en la miseria y la inmoralidad.


Hace sesenta años comenzó la tragedia. Nadie la vio llegar. Por lo menos en su tamaña magnitud. Hoy seguimos contando aniversarios de dolor, y lo peor de todo, con los mismos asesinos de siempre.

lunes, 29 de abril de 2013

La novela de los abuelos

Hace cien años nuestros abuelos eran bebés, ó estaban por nacer, y sus padres vivían en el ajetreo de todos los días, tal como ahora nosotros. Carecían de muchas de las comodidades de hoy, pero se las arreglaban con las suyas, y así digerían los tiempos que les tocó vivir.


Aquella gente de 1913, nuestros parientes, con sus sueños y anhelos, no podían imaginar que estaba el Mundo a las puertas de la primera Gran Guerra entre todas las naciones, que la sangre y la miseria iba a invadir el planeta y que surgirían países comunistas y fascistas y otra Guerra aún peor luego de veintitantos años y que acabaría en el Holocausto: la más terrible página de la historia moderna.

Estaba el siglo XX todavía de estreno y los novedosos autos (aquellos remotos “tres patás”) y los nuevos inventos: la electricidad, el teléfono, el avión, la radio y el cine auguraban cambios futuros para bien de todos. No sospechaba ni el más visionario hasta dónde íbamos a llegar.

Pensemos en uno de aquellos parientes que nos visite de pronto y se encuentre delante de un televisor de 60 pulgadas en tercera dimensión, y se monte en nuestro auto y escuche una voz femenina indicándole por qué calle hay menos tráfico. Entraría en pánico al ver a su bisnieto de cinco años experto en juegos que parecen diabólicos…

Miramos su vida desde acá como una película, ó una novela. Sabemos qué les va a suceder al día siguiente y ellos no podrán evitarlo, tampoco nosotros. El tiempo pasará aprisa como una vez alguien nos advirtió y llegará el día en que nos tocó nacer. Aquí se une lo que para nosotros fue ficción, con la realidad.

Y aquí está la nuestra, la que vivimos a diario, con esos adelantos tecnológicos que nos exaltan y sorprenden, pero en cien años matarán de curiosidad a los hijos de nuestros nietos que no van a comprender cómo nos las arreglamos con las carencias de ahora. Y si nos invitan y aparecemos allá nos moriríamos del asombro al pillar a nuestros pequeños bisnietos con aquellos pasatiempos tan inimaginables ahora.

Hoy es nuestro tiempo, tenemos que vivirlo lo mejor que podamos. Sabemos del pasado, pero no podemos cambiarlo. Los del futuro conocerán nuestro presente mejor aun porque dejaremos huellas más profundas gracias a la internet y el desenfreno de las comunicaciones, pero tampoco podrán cambiarlo. O tal vez Sí!?

viernes, 22 de febrero de 2013

De mi Pueblo: El Bibliobús

Había un autobús viejo, que en cubano se dice guagua (y no por lo de viejo). Le sacaron los asientos y lo llenaron de libros y le consiguieron unas gomas de medio palo para que pudiera rodar adonde lo mandaran y llevar la Literatura desde los barrios más cabrones hasta los montes más adentro. Lo nombraron Bibliobús y el apellido de un héroe del 5 de septiembre.


Claro, que como todo en la Finca más extensa del Mundo, para cargar un libro había primero que ver quien lo escribió y el mensaje ideológico, que no importaba tanto la cultura sino que los mas brutos aprendieran lo que convenía y los ávidos no encontraran lo que querían leer, y así grandes autores nacionales (ni a Lezama Lima ni a Piñera les permitían montar) y de otros lares (tampoco Solzhenitsyn) se quedaron fuera del potaje, mientras que otros no tan grandes ni siquiera medianos llenaron los estantes de la guagua vieja pintada de azul.

Pero al final eran libros, y todo lo que emana de una mente iluminada tiene valor, y enseña. De modo que el Bibliobús fue motivo de alegría dondequiera que se estacionó, porque en el país que se auto apodaba libre de analfabetismo conseguir una biblioteca era muy difícil sino vivías en una ciudad más o menos importante, y con la escasez de papel y bla bla bla cada día se editaba menos y requetemenos que valiera la pena.

Y había un buen tipo que conducía el cacharro y tú le hablabas y le pedías tal autor que hacía tiempo andabas cazando y él trataba y a veces lo conseguía. Con el tiempo lo conocí bien porque estudiamos en la Universidad y descubrí que adoraba a su trabajo. Pero el cruel destino de todos en la Isla lo llevó, después de muchos años, a cambiar su Bibliobús por un mostrador en una tienda por divisas. Rodeado de libros no conseguiría jamás un chavo extra, y no sólo de pan…

Esa es la historia. Existirá aún la guagua vieja y azul? Todavía rodará o ya no habrán gomas de repuesto para ella. Si es así entonces estarán más jodidos e ignorantes que hace veinte años, porque en toda la Finca jamás se construyó una Biblioteca, y quienes trataron de inventarla a su modo, pagaron con golpizas y hasta la cárcel.




Fariñas, puso en jaque al régimen con su firmeza

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