Aguantar la mano de palos

Mientras la dirección de deportes en Cuba se encuentra en la disyuntiva de permitir o nó al equipo nacional de beisbol asistir a una competencia eliminatoria en Puerto Rico, los peloteros del equipo nacional se siguen escapando. Ahora hay otros tres que andan por México y dos de ellos ya están en camino de la agencia libre, la forma en que pueden llegar a la Pelota Grande. Pero si Cuba no participa estaría automáticamente eliminada de los Juegos Panamericanos y del Mundial Amateur, algo que sería como un tiro de gracia para el maltrecho deporte revolucionario. Entonces comienza la pataleta clásica de exigir garantías y medidas extraordinarias de seguridad para que nadie pueda escaparse. Y estas tristes garantías ya las conocemos: nada de acceso a la prensa de pelotero alguno; un chorro de agentes de la seguridad en el hotel para que ninguno pueda siquiera asomarse a la calle; bien lejos los caza-talentos para que no convenzan a nadie a desertar (como si alguno todavía tuviera dudas de que lo mejor es hacerlo); cero contacto con cualquiera fuera de la delegación, ni siquiera camaradería( sentimiento falacia número uno del sistema comunista) con otros jugadores. Pero en la Isla del Encanto rigen las leyes americanas y los asilos políticos y el ajuste cubano. Allí la papa es más dura de pelar. Al final los ejecutivos del Inder no tendrán otra que rezar esperanzados para que se les fuguen los menos posibles, no sea que se queden sin nadie y haya que traer al Tiranosaurio en persona para tratar de aguantar la mano de palos.