Escape al Pasado

A veces siento temor de despertar en otro tiempo, en otra época, con otra gente, y sentirme fuera de contexto. Pero más allá del pavor, presiento que puede ser una experiencia deseable: Un sueño a todo color, de esos donde te despiertas y te quedas con deseos de haber seguido soñando, o una pesadilla que te provoca un intenso sufrimiento tal y como si hubieras vivido intensamente la crueldad de la situación.

Yo creo que casi todo el mundo ha deseado y temido despertar fuera del mundo en que vive, quizas cincuenta, o cien años en el futuro, o en el pasado.
Meditando así, de pronto una mañana me encuentro en La Habana de la década anterior a la hecatombe revolucionaria, y como en una película de Escape al Pasado trato de arreglar y cambiar la historia y hablar con todo el mundo y alertarlos de lo que se avecina.

Me creerían los cubanos de entonces si les aseguro que el país que ese hombre de moda les está prometiendo va a ser una ruina, donde irían a morir decenas de miles de compatriotas víctimas de la anarquia, el odio y la envidia, que serían los sentimientos imperantes en la nueva sociedad. Que se destruirían las familias, las tierras, las clases sociales, y todo convergería una pobreza generalizada durante mas de medio siglo?

Muchos se reirían de mí y me llamarían pesimista, aura tiñosa. Otros me darían las gracias por preocuparme: -Pero no es para tanto. Quizá alguno me escucharía atento al leer en mi rostro tan honda preocupación, y se me sumaría. Entonces seríamos dos en las calles y plazas habaneras predicando el futuro, tratando de abrir los ojos al pueblo enceguecido y ensordecido por la demagogia del déspota en ciernes. Valdría la pena, si se fueran uniendo más y al final entre todos pudiéramos cambiar, aunque sea un tantico, el curso cruel de la historia.

Si es así me arriesgo, sin temores. Renuncio al presente y me mudo, cualquiera de estas mañanas, para el Parque Central, en 195y pico.