Otro relator que se va sin relato que contar.

En febrero del año pasado el gobierno de la Isla aceptó recibir a un relator de la ONU para evaluar la situación de la tortura en las numerosas cárceles más pequeñas de la Cárcel Grande. Pasó el tiempo y llovió y después llegó la sequía y fueron posponiendo la fecha, hasta que acordaron que antes de octubre 30 del corriente. A Manfred Nowak, que es el relator, se le acaban los días en su cargo... Y se va a quedar con las ganas. Ya oficialmente le informaron que no podrá visitar las prisiones ni comentar lo que sucede en ellas. Sin más ni más: Señor Nowak, lo sentimos, pero no podremos recibirle. No así, tan fácil, podrá ver con sus ojos de relator lo que sucede en las tantas mazmorras donde son golpeados y abusados todos los días miles de hombres y mujeres, que cumplen condenas por delitos tan inciertos como peligrosidad o desacato, los dos términos que ellos prefieren para justificar sus acciones. El ingenuo Nowak quería entrevistar además a los familiares de las víctimas. Manfred, eso lo podrás hacer en cualquier parte del mundo, menos allí. Esa es otra parte, otro mundo de este tiempo, donde la tortura que pretendes denunciar es el pan de cada día.