
La cónsul de Cuba en Oslo mordió a una muchacha que trataba de filmar una manifestación en contra del gobierno comunista. Parece broma, pero es muy cierto. Provoca hilaridad, pero causa tristeza.
La de los colmillos en ristre es esposa del embajador, ellos son la pareja que representa a la Isla en ese país. Pero la imágen no importa, al enemigo se le combate hasta con los dientes, eso nos enseñaron desde el prescolar con la pañoleta y el juramento de odio: Seremos sinverguenzas como el Che.
La víctima del ataque canino consular tuvo que vacunarse, contra la rabia, claro, y tomar antibióticos.
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